Querido lector: el hecho de estar leyendo este artículo te sitúa en una posición de clara ventaja intelectual respecto al común de los ciudadanos. De acuerdo con el último barómetro de hábitos de lectura publicado, correspondiente a 2023, solo el 26,7% de la población mayor de 14 años ha leído al menos una revista al trimestre. No parece demasiado ambicioso lo de leer una revista cada tres meses, pero ya ves, lo has conseguido.
(más…)De Odiseas posibles
Ουδείς προφήτης στον τόπο του
Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida. ¡Oh diosa, hija de Zeus! Cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.
Aunque, por más que le preguntase Homero, jamás se lo confirmara la Musa, no es descartable que Ulises, en su largo periplo de regreso a casa, recalase con su negra nave en la isla de Menorca. Al final, los vientos eran y son caprichosos, y si la ruta desde Troya hasta Ítaca le pudo llevar hasta las costas de Sicilia, Cerdeña, Djerba (Túnez) o el Gozo (Malta), bien podrían haberle arrastrado hasta las nuestras. La ninfa Calipso supo retener al ingenioso marinero durante siete años en Ogigia, por lo que tampoco resultaría sorprendente que recalase después en Menorca a tomarse un descanso: quizás fueran menorquines los cantos de sirena… Los diez largos años de su viaje de retorno dieron para mucho, así que una breve visita menorquina no debería descartarse como posibilidad.
(más…)La isla de los monipodios
Para A., por prestarme unos zapatos que he tardado diez años en calzarme.
Hace mucho, mucho tiempo, aunque tampoco tanto como para no recordarlo, en una pequeña isla de nombre desconocido en medio de un inmenso mar, vivía un pueblo honesto, sencillo y trabajador. Estar en el margen de la geografía les había dejado, también, al margen de la historia, más allá de algunos acontecimientos remotos que habían salpicado, siglos atrás, sus costas. De espaldas al mundo y a sus problemas, la isla era cuna de unas gentes humildes que cultivaban la tierra, criaban ganado, pescaban y se dedicaban a oficios tradicionales, como hicieron sus padres y, antes que ellos, sus abuelos, desde el principio mismo de los tiempos.
(más…)Del tamagotchi de Aristóteles
No sé si recordarán los tamagotchis. Eran unos juguetes electrónicos que salieron al mercado en 1996 y causaron furor entre los más jóvenes. Creados por la multinacional japonesa Bandai, se vendieron más de 40 millones de unidades en apenas dos años. El éxito fue imitado con innumerables versiones y nuevas generaciones del original, hasta llegar a nuestros días, con casi 100 millones de tamagotchis vendidos.
Y, a todo esto, ¿qué es un tamagotchi? Pues se trata de la primera mascota virtual. Un sencillo ser de existencia electrónica al que se debe cuidar, alimentar, acicalar y atender para que crezca feliz. En función de la calidad de nuestros cuidados y atenciones, el bebé indefenso se convierte en un niño bueno o revoltoso, que dará lugar después a un adolescente más o menos complicado, que finalmente llegará a una edad adulta arrastrando su correspondiente dosis de traumas infantiles.
(más…)De barcos y tablas
Los antiguos filósofos griegos, que disponían de más tiempo que nosotros para ejercitar el noble deporte de pensar, se especializaron en crear paradojas como herramientas para estimular el debate intelectual. Una de las más conocidas es la del barco de Teseo. El héroe Teseo, cumplidas sus aventuras, regresó en su barco desde Creta a Atenas. Ese barco, convertido ya en ceremonial, se conservó durante siglos. De forma periódica, se iban sustituyendo tablas y otros elementos de la embarcación a medida que se hacía necesaria su reparación. Y ahí surge la pregunta: con todos esos cambios y sustituciones a lo largo de siglos, ¿seguía siendo el mismo barco con el que volvió Teseo? Llevado el argumento al límite, cuando se hayan sustituido todos y cada uno de los elementos originales de la embarcación por otros nuevos, ¿estamos aún ante el barco original? El lector más perspicaz se habrá dado cuenta ya de que los griegos hablaban, en definitiva, de la identidad. ¿Qué la construye? ¿De qué está hecha la identidad? ¿Dónde radica?
(más…)De impostores e imposturas
Hablaba en un artículo anterior de las nefastas consecuencias del efecto Dunning-Kruger, que consiste en la que las personas con menores competencias son las que, sistemáticamente, sobrevaloran su capacidad, mientras que, por el contrario, las más competentes son quienes subestiman sus propias habilidades. Ligado con el Principio de Peter, las posibilidades para el desastre eran casi infinitas.
La mente es una herramienta maravillosa, con una plasticidad inabarcable, con una imaginación inacabable, pero, precisamente, por su complejidad, es también susceptible de errores de autoapreciación o, si me permiten, de autoevaluación, que más allá de Dunning-Kruger, pueden ser también dramáticos para quien los padece.
(más…)De memes y memos
No hay nada más contagioso que una idea. Ni hay mascarilla ni guantes que prevengan su propagación. Sin embargo, siempre se puede dificultar o ralentizar su contagio con vacunas adecuadas, como la censura, el fanatismo, los prejuicios, los bulos, la posverdad y los infinitos disfraces que adopta la desinformación, aunque ninguna de ellas sea del todo efectiva a largo plazo. Las malas ideas, e incluso las ideas falsas, también se contagian con la misma facilidad, y ahí es donde se agazapa el peligro. Saludos desde aquí a los terraplanistas, por cierto.
(más…)De afectos y efectos
Hoy quiero hablarles de un concepto básico para entender el mundo en el que vivimos y, en la medida de lo posible, sobrevivir a nuestros prójimos y a nosotros mismos: el efecto Dunning-Kruger. Pese a lo sonoro de su nombre, lo que describieron los psicólogos David Allan Dunning y Justin S. Kruger en 1999 es un curioso sesgo cognitivo que sufrimos todos y que tiene que ver con cómo valoramos nuestras propias capacidades. Lo que descubrieron estos investigadores en 1999 es que las personas con competencias limitadas en cierta materia tienden a sobrevalorar sus propias capacidades, mientras que las personas con competencias muy desarrolladas, por el contrario, tienden a infravalorarlas. Aunque el efecto fue probado inicialmente en competencias concretas, como el razonamiento lógico, la gramática y habilidades sociales, se ha demostrado que está presente en otros muchos ámbitos de conocimiento, como en los negocios, la política, la medicina, la conducción, la memoria espacial o incluso las capacidades de lectura.
(más…)De narrativas y realidades
El mundo que nos rodea es terriblemente complejo y nuestra mente una máquina muy ahorrativa en cuanto a consumo de energía. Analizar la realidad hasta sus últimas consecuencias es un proceso largo, difícil y, sobre todo, tedioso, probablemente fuera del alcance de ese litro y medio de gelatina densamente interconectada que llevamos entre las orejas. Sin embargo, vivir es tratar de entender esa realidad para ajustarnos a ella, luchar en su contra o tratar de transformarla.
(más…)De favores familiares
Hace unos días, paseando por el acantilado que separa Son Bou de la cala Sant Llorenç, recordé una vieja anécdota familiar que me contaron siendo niño y a la que siempre le he tenido cariño. Las historias familiares son una fuente continua de sabiduría y sirven, además, como inspiración literaria. La protagoniza mi bisabuelo Michel, personaje mítico del que ya hablé en mi artículo del mes pasado. Para adquirir las adecuadas coordenadas espaciotemporales, la acción transcurre en el pueblo de Alayor, en una década indeterminada de la primera mitad del siglo XX.
Como sabrá el lector, en Menorca todos contamos con un nombre, dos apellidos y, además de los posibles apodos individuales, de una especie de nombre familiar o «malnom», que tiene que ver con unas relaciones más laxas, más antiguas, una especie de parentesco desdibujado. Mi bisabuelo, Michel Pons Mercadal, era Mana. Supongo que yo también lo soy, aunque quizás no de pura raza. Esta familia en sentido amplio tenía entonces alguna rama un poco menos intelectual y algo más expeditiva.
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